Kevin era un hombre transtornado, maltratado, y tristemente, enfermo. Había perdido el control de su cuerpo hacía muchos años, y ahora lo manejaban las personalidades que su mente había creado como un método de escape. Algunas se salieron del camino, y empezaron a hacer cosas... cosas realmente malas. Y las cuatro jovencitas víctimas de secuestro lo confirman.