Su vida era tranquila, común, normal, como la de cualquier adolescente promedio. Todo en su vida era perfecto. Todo marchaba bien. Pero entonces apareció un huracán que se llevó toda su paz y tranquilidad. La desarmo, la rompió. Y cuando pensó que todo había acabado, se desato un tsunami que no tuvo piedad y arraso con todo. No dejo nada, destruyo todo. Y se llevó consigo a aquella pequeña llena de sueños.