La lluvia resultando ser su única compañera. La frialdad y humedad eran más cálidas y reconfortantes que cualquier manta suave y tibia o cama acolchada. -Si... t-tan... s-solo... pudie-pudiera... regre... Alzó su mano al cielo, sus ojos se cerraron y sin completar su deseo, su mano cayó a un costado. La vida por la que tanto luchó había dejado su cuerpo, de la misma manera, que lo hicieron aquellos quienes prometieron estar a su lado.