Theodore D'Aemon maldijo a su propia sangre y al mundo, sembrando un miedo que hacía temblar a las figuras de poder que temían su legado. Con el paso de los siglos, su maldición se desvaneció en el olvido, hasta que de un acontecimiento provocado en lo profundo del bosque desató rumores que, con el tiempo, se convirtieron en una aterradora realidad. En un mundo que está dividido por los secretos y la magia, el miedo, el amor y el deber se mezclan, empujando a las personas a hacer lo que creen que es lo mejor, sin importar el costo de ello.