Este acuerdo que nos pareció tan razonable a nosotros, empezó a entrar en tensión con las inquietudes crecientes de Bauti, nuestro hijo mayor que ya está por cumplir los 8 años de edad. Hasta ahora habíamos podido trasmitirle con relativa solvencia que sus padres tienen miradas diferentes con respecto a la creación del mundo, de los dioses y del cielo; pero hace poco tiempo falleció su bisabuelo y volvió a arremeter con las preguntas cruzadas.