La ciudad imperial suele ser reconocida como una superpotencia, sobre todo por los increíbles avances que logró la alquimia en un corto periodo de tiempo, así como las maquinarias a vapor y la vida lujosa de sus habitantes. Sin embargo, una de las particularidades aparte de los muertos que acechan en los callejones bajos, es la de los cadáveres ambulantes que acompañan a las personas como sirvientes. (...) es una aprendiz brillante de uno de los alquimistas del emperador, su estilo de vida se basa en el conocimiento y la práctica de la resucitación. Su mayor fascinación reside en poder crear un alma, algo que parecen no tener el resto de cadáveres que vagan con simpleza en la ciudad, pero después de mil intentos fallidos y una próxima demanda por sus visitas a cementerios prohibidos, parece ser que su más reciente resurrección, la que se basaba en el cuerpo de una persona que se llamó Shigaraki Tomura en vida, es el resultado que tanto estaba esperando. [Colección Ambrosía]