La dejé para cumplir con mi deber cómo soldado. Renuncié a su amor, a su sonrisa, a su mirada y su calor. Después de meses en Afganistán ahora he vuelto. Dañado, frustrado y con muchas perdidas en mi conciencia con un único deseo... Verla nuevamente. No imaginé encontrarla tan hermosa, decidida y tan fría, jamás imaginé que mi verdadero infierno iniciaría al volver y jamás imaginé que ahora soy yo quien debe domar su corazón para recuperar a mi pequeña peligrosa.