Su nombre es Leonardo, la suerte no siempre fué su mejor aliado (mejor dicho: nunca). Era su tan complicado amado quien vagaba por su mente mientras intentaba conciliar el sueño un viernes después del fin de la pesada jornada semanal cuando sin tenerlo muy presente dicta ciertas palabras que lo penalizarán a reiniciar su historia de amor que tantas penas y esfuerzo le había costado construir.