Vegetta es casi como el hombre perfecto, pero aún así, Rubén no lo ama como lo hace él, y tratar de superar tus sentimientos con alguien más simplemente puede terminar dañando a la otra persona. Para su mala suerte, Willy era esa otra persona, a quien dañaba cada vez más conforme pasaba el tiempo, y cuando menos se dió cuenta, la preciosa flor que no vió antes ya se había marchitado.