Él corrompió el alma de aquel ser que tanto deseaba con desespero. Ella se dejó corromper esperanzada en que había una pizca de humanidad en él. *** Anya tiene sueños extraños. Sueña con un ser qué jamás vio en persona. Sólo puede apreciar su silueta oscura y lo único que destella con fuerza en ella son sus ojos, de un azul llamativo. En el sueño, él le advierte que se aleje, pero ella no escucha. Cede ante aquellos deseos y anhelos que alberga en lo más profundo de su alma. Pronto sus sueños dejan de serlo cuando lo ve por primera vez y su mundo cambia por completo. ¿Acaso puede llegar a tener humanidad un ser que carece de emociones? Pero la mayor pregunta de Anya era: ¿Quién era, Egon, en verdad? O mejor dicho... ¿qué era?