Si Estados Unidos tuviera familia real, esa sería la de los Himemiya. La prensa sensacionalista se había cebado con la pareja formada por la productora de cine Chikane Himemiya y la impetuosa actriz Himeko Kurusugawa. Hasta que Himeko huyó de las candilejas de Hollywood, dejando una imborrable huella en el Paseo de la Fama y un lugar vacío en la vida de Chikane. ¡Pero ahora Himeko había vuelto! Seguía conservando un talento innato, mientras que Chikane tenía que esforzarse por controlar sus pensamientos libidinosos... Porque una cosa era segura: Chikane no estaba interesada solamente en un simple corto. Para interesarla, tendría que ser toda una superproducción de alto presupuesto...