Como todos los cuentos de hadas esta historia comienza con la frase más sencilla: «Érase una vez...», pero después avanza y da un giro inesperado que la diferencia de las demás. No trata solamente de una doncella hermosa y de un apuesto príncipe, aunque, a decir verdad, izukuz sea adorable y él pueda ser realmente encantador. Trata de una belleza más profunda, la de dos personas unidas por las circunstancias, que sólo después de conocerse aprenden a ver lo que importa de verdad. De esta forma comienza su historia, que es a la vez tan antigua como el tiempo y tan fresca como una rosa. Así empieza nuestro cuento: Érase una vez, en el corazón de Francia...