Año 1500 13 años han pasado desde la toma de la ciudad por los Reyes Católicos, la ciudad de Málaga comienza a resurgir y adaptarse a su nueva fe y gobernantes. Triángulos amorosos, traiciones palaciegas, acuerdos secretos por naciones, matrimonios de conveniencia y batallas que decidirán el futuro de miles de personas. Heroicidad, amor, nobleza y pasiones prohibidas. Nada podía llevar a pensar, que menos de 20 años después cerca de Bicoca se diera lugar otro conflicto bélico frente al mismo rival, los franceses en el marco de la guerra de los cuatro años. Esta vez como capitán del real regimiento de arcabuceros, pegado al portaestandarte de la cruz de San Andrés y apretando con una mezcla entre pena, nostalgia y heridas grabadas a fuego, como las iniciales selladas en la flamante pistola italiana, L x L, dos nombres unidos en un mismo arma, pero separados por miles de kilómetros y un calmado mar mediterráneo que sirviera como conductor de pensamientos.