Quien le diría a Carolina que aceptar ser la fotógrafa en aquel proyecto, le cambiaría la vida. Y quien le diría a Mar que aceptar participar en ese proyecto, también le cambiaría la vida. Ninguna había experimentado antes el sentimiento de no querer algo hasta que lo ven. Porque no pensamos en las virtudes de las personas, ni en sus defectos. Solo pensamos en lo que provoca en nosotros. Era así para aquellas dos chicas, ninguna sabía lo que sentía hacia la otra, solo sabían que se sentían bien estando con la otra.