Mis pensamientos escritos en medio de la melancolía de un corazón roto que espera la respuesta del tiempo para saber si morir y escapar o permanecer e intentarlo nuevamente. Atónito ante la sugerencia de la insuficiencia constante, el corazón marchito se enfrenta a la rutina de siempre: aquellos amantes que resultan no serlo... Idos ante la hojas muertas que azota frente a ellos la brisa, mientras se hiela nuevamente la sangre porque cualquier cosa que arrastre el viento es suficiente... excepto, cuando el tifón me arrastra con violencia hasta la conveniencia lejos, muy lejos de los campos de estiercol dónde parará inevitablemente aquel que sigan a las hojas muertas.