Cierta dama de Arrás. El retrato de los soberanos de la dinastía Capeto ilustrados en ricos óleos y acrílicos pintados sobre la fina tela de lino, nunca le habían parecido interesantes a Amelia Origo hasta que uno de ellos resaltó entre los demás cuando fue apuntado por el dedo de su bisabuela: el de Dieudonné. Su mirada verdosa fue la protagonista que la hechizó durante varios minutos en los que le fue inevitable repasar cada aspecto de su figura plasmada en el lienzo. Cabellos castaños que, por la técnica de la pintura, desprendían tonalidades cobrizas; piel blanquecina, un semblante de porte autoritario y una postura firme y determinada que se acentuaba en la espada sobre la que sus manos fuertes yacían. «Tuvo tres esposas» había comentado su bisabuela, quien la había arrastrado a tomar ese recorrido turístico por el palacio de la Cité «La primera de ellas: una jovencita de cabellos carmesí y ojos de zafiro azul; era hija de un conde. La segunda fue una princesa de Dinamarca, pero a ésta la repudió la misma noche en que se casaron» contó con aires enigmáticos que cautivaron la curiosidad en Amelia hasta el punto en que debió morderse la lengua para no pedirle que se apresurara en continuar con el relato «y la tercera fue hija de un duque en Baviera. Sin embargo...» hizo una pausa para que el suspenso creciera, y vaya que funcionó, porque en cuestión de segundos, Ammie comenzó a zapatear impaciente «hubo cierta dama de Arras a quien los cronistas describieron como el rayo de luz de luna que iluminó la noche oscura de augusto; su flor de lis». "Dieudonné la amó como jamás podría haber amado a nadie". Advertencia: La ilustración utilizada para la portada del fanfic me pertenece junto con los personajes originales que aparecen en la historia, queda prohibido su uso. Portada original hecha por: @madbedlam