Ser un psicólogo apesta, y apestaba más en una institución que parecía importarle bien poco el bienestar de un montón de mocosos con obvios problemas que debían ser tratados. Al menos a él si le gustaban los niños, lo suficiente como para alzarse sobre los altos rangos para exigir respuesta, sin embargo, la respuesta no fue tan grata como pensaba. O Dogday fue un psicólogo que estaba harto de ver cómo los niños se destruían a su alrededor, y por ello decidió actuar, tristemente acabando como un juguete.