Fabry es un jóven promedio que vive su vida con las mínimas preocupaciones, su familia se encuentra en una posición económicamente cómoda y mantiene un trabajo conveniente en un ente estatal, pero carece de algo: una motivación que lo quite de su monótona vida. Es allí que a su puerta llega Alex, un viejo amigo con el que había perdido gran parte del contacto debido a las diferentes vidas que tenían. Su amigo le hace una preocupante petición: la necesidad de un techo donde permanecer. Es a partir de de esta situación que ambos retomarán el vínculo que habían generado y afrontarán las preocupaciones de la situación vivencial de cada uno.