En un rincón olvidado del bosque, donde los árboles susurran secretos y las estrellas parpadean con complicidad, dos mundos colisionan. Por un lado, tenemos a Elio, un joven terrícola que vive en una granja apartada con sus padres. Por otro, una chica alienígena cuya una pequeña nave espacial se estrelló en la Tierra. Elio no esperaba encontrar nada más emocionante que las tareas diarias en el campo y sus estudios, pero su vida da un giro inesperado cuando descubre la nave destrozada en medio del bosque. Allí, entre los escombros, encuentra a la chica alienígena. Aunque su aspecto es humano, su idioma es un misterio incomprensible para Elio. El miedo inicial se transforma en curiosidad y compasión. Elio decide ocultar a la chica alienígena en su casa, temiendo que los militares o curiosos descubran su existencia. A medida que intentan comunicarse, surgen momentos tristes y felicidad. La chica alienígena aprende palabras terrestres y cultura humana.