Gero estaba acostumbrado a salidas con amigos y compañeros, el fernet y a jugar para su equipo de fútbol; en ligas menores, pero cuando llega a Buenos Aires y a un nuevo trabajo, sus chistes pesados y humor hacen que se sienta excluido de cualquier ambiente. Por suerte conoce a Charly que le enseñará a ser un "porteño" más, y por el cual terminará locamente enamorado. Con su gentileza; y siendo simplemente Charly, no solo hará de guía para convivir en otra ciudad, sino su próxima decidida conquista. "Sos mi mundo, culiadazo, te quiero abrazar tan fuerte que te voy a hacer espichar de lo fuertazo que te voy apretar, te amo, cabeza de pepino"