No importa que tan difícil sea una cosa, si no se rinden pueden conseguirlo. Pero eso no se aplica a una maldición. Pueden intentar de todo para cerrar una que sí la maldición no está dispuesta a dejarles ir, no lo hará. Nunca más se atreveran a jugar con fuego, por que aun que no lo sepas siempre tienes riesgo de quemarte.