Tsunayoshi Sawada nunca imaginó que se encontraría en una situación así nuevamente: corriendo por su vida como si el mismo demonio hubiera emergido de las profundidades de la tierra para reclamar su alma. Y eso era exactamente lo que su tutor representaba para él: un demonio invocado desde el abismo, con el único propósito de torturarlo. Sin embargo, en el fondo, Tsuna se sintió agradecido por la abrupta intervención de su tutor en su vida... al menos, cuando no lo estaba persiguiendo para hacerle sufrir.