Me desperté otro día mas, ansioso de buscar una aventura nueva, me encontraba en una posada que me encontré por mi camino, a mi lado, se encontraba mi espada, apoyada en la pared, la encontre en una mazmorra hace algún tiempo, y desde ese día fuimos inseparables, me levante y me fui a desayunar en la barra, la dueña de la posada me advirtió de que últimamente los ataques por dragones eran muy usuales, me emocione, mataria a mi primer dragón! Salí andando de la posada y monte a mi caballo Arvoc (ya se que es un nombre raro, pero se lo puso mi mujer), y salí cabalgando hacia las montañas donde dijo la señora que encontraría al dragón... y mi muerte.