Aquel terrible ser lo miro a los ojos. Su respiración se entrecortaba y entre más miraba esos ojos tan rojos como la sangre misma entendió una sola cosa. Siempre seria de él. Su corazón por el contacto visual se aceleraba como un caballo desbocado. Y aquel ser solo se mantenía serio mirándolo fijamente, mientras se acercaba peligrosamente a su cuello. Aquella criatura solo deseaba una cosa de él. Su sangre. Y él esta dispuesto a dársela.