— ¿Y qué puede hacer? —preguntó Renata buscando, quizá, una
clave para sus propias dudas.
—Deberías enfrentarlo en el recreo, ponerlo contra la pared y
decirle así, de plano: "Álvaro, me gustas"; y antes de que él
reaccione plantarle un beso en la boca que lo deje sin aliento,
¡hazme caso!
— ¡Sí, sí, buena idea! —dijeron todas entre risas nerviosas.
es de UNA TAREA PERO NECESITO AMIGAS ASI :(: