Adorable es tu excepcional postulación a eventual propietaria de un peldaño en mi rosal. Contemplo tu vivacidad y extravagancia para demandar amistad, sé de desconsiderados que con un ‹seamos amigos› te despojan juventud. Sin embargo, me encontraré responsabilizando a mis años de vejez y dolores en las articulaciones por lo que te comentaré a continuación: ¿no eres ajena a las vibraciones de las personas? Reconozco que te percibí similar a una chiquilla con la que mantenía una conversación por instagram, me deshice de mi presencia por unos días por allá y al retornar no hallé su cuenta disponible. ¿No serás tú aquella escurridiza Alicia? Empero, si he errado con mis especulaciones tranquila, golpea mi cabeza con una roca y fingiremos que iniciamos de nuevo para charlar amenamente de una tercera guerra mundial, liderada por gatos.