quería felicitarte, cástor en miniatura. hiciste que cada sílaba retumbase en el eco más eterno y lograste que la sensación de no ser escuchada abandonase mi cuerpo. antes de que te ingenies una de tus jugarretas para sacarme el cuerpo *conociendo la boca llena de perlas que me dio un pan cuando no tenía qué comer* sólo faltaba darte mi más sinceras gracias. materializa cada que puedas lo invisible al ojo humano, entre todo desperdicio siempre estará mi amor aguardando por tu regreso sin temor a las lenguas gélidas, estoy acá.