— Que bien, aprendiste mucho entonces.— soltó, llevando ambos brazos detrás de su cabeza y regarga su espalda contra la reposera de la silla.
Desde su sitio vio como el mayor retiraba los platos sucios y fue a lavarlos, no podía evitar ocultar su expresión de asombro por ello.
Sasuke cambió, no conocía ese lado por su parte pero, extrañamente, lo vio adorable.
Inhaló y exhaló con calma, se sentía relajado.
Un pensamiento pasó por su mente ante la circunstancia en la que presenciaba y por ello se le escaparon unas cuantas risas bajas.
Se levantó de su asiento y pasó por al lado del azabache, tomó un repasador y fue secando los platos como también los cubiertos antes de guardarlos en su respectivo lugar.