Es extraño como las cosas cambian a menudo, feliz, triste, amando, deseando, anhelando.
Algunas veces parezco actuar sin propósito, y ciertamente se que la soledad que he experimentado durante más de diez años es un factor relevante.
La música es hermosa.
No sabría decir con exactitud cuales son mis deseos para el futuro, y aunque trato de no pensar mucho en ello, uno no puede evitar al menos fantasear ligeramente.
Por supuesto, incluso imaginando futuros posibles y probables, no dejo que sean una perturbación omnipresente como lo fueron en un principio, hace varios años.
Aveces parezco querer amar con intensidad, envolver a alguien amado en mis brazos, solitario en un mundo sin alguien más. ¿Es un poco posesivo? Lo es, aunque el sentimiento desparece sustituto por la realidad.
Es hermoso pensar en amar, pero se vuelve un poco triste cuando observas, eh, a tu alrededor.
No soy sabio, pero he tenido mucho espacio en solitario para pensar, quizá demasiado, así que cuando hago introspección — justo como ahora — entiendo más y se menos.
Ah, la vida es maravillosa, injusta y atractiva al mismo tiempo. Te da felicidad, y luego te da tristeza. Te da esperanza, y luego te vuelve alguien raro.
La complejidad de la mente misma.
¿Cuántos como yo no habrá allá afuera — mejores, sabios, extraordinarios — en búsqueda de sus propias preguntas?
Me adentro en mi mente flotando entre pensamientos, escuchando música interesante, fantaseando y analizando sobre todo.
Escuche que incluso él Buda medita después de alcanzar el Nirvana. Probablemente hay una respuesta alejada de lo que creo yo, pero bah, da igual.
Vivir, eso es todo. La pura y compleja vida que llamamos existencia.
¿Qué piensas tu, futuro yo de mañana?