Asami estaba sonrojada y jadeante, tanto que no pudo evitar temblar ante la cercanía de la morena. La alfa al saberse mandataria le dió vuelta a la heredera tomando entre sus brazos a la hermosa mujer en un abrazo febril que le robó un jadeo a la princesa, acariciando con sus manos callosas la piel lechosa y suave de su cuello, solo para después acercar sus labios a la oreja de la chica y susurrar palabras lascivas y excitantes que pasaban por su mente hacia tanto tiempo- ¿Puede sentirlo? ¿Siente como le erizo la piel al mínimo toque? - La alfa mordió levemente el lóbulo de su oreja y la Omega cerro sus ojos permitiéndose sentir el dominio de la otra. Esto era tan nuevo y estimulante que no tenía control alguno sobre las acciones de la castaña y las suyas propias- Amor mío, no sabes cuántas veces he soñado contigo de esta y mil maneras diferentes. Sentir tu cercanía y presenciar tu gloriosa excitación... Oh Asami, si pudiera hacerlo te mostraría los placeres que esconde el cuerpo humano, dejarte llevar y ser presa de la lujuria desbordante. Disfrutar del sensual roce de nuestros cuerpos, la bendita fricción de nuestros sexos juntos y tener en retribución placenteros orgasmos. Ver tu cuerpo arquearse ante el clímax y saborear la victoria de tu liberación- Asami volteo encarando a Korra y no pudo evitar rendirse ante ella tomando sus labios hambrienta y salvaje, sedienta y desesperada por querer saber mas. El ambiente entre ellas se había tornado pesado, llevándolas a tocarse mutuamente de manera insistente, pues el deseo y la adrenalina se hacia presente haciéndoles actuar sin pensar en las consecuencias.