Quisiera destacar y dar a conocer la importancia
del trabajo "sensorial" en las historias literarias. Y
es que, no solo se trata de la experiencia que el
autor le da al lector a través de sus descripciones,
también es lo único que tenemos como escritores
para revalidar la literatura.
Porque ¿qué otra cosa diferencia nuestras
producciones textuales de las cinematográficas?
Bueno, las ideas, claro. La literatura transmite
ideas. Pero, el cine también puede hacerlo.
Quizás no con la misma facilidad que el escritor.
Considero que son las imágenes sensoriales lo
que hace a la literatura mejor que el cine, y es
eso lo que hace que el lector pueda tener una
experiencia distinta a la que ofrece el cine.
Imágenes sensoriales: Tacto, Audio, Olfato,
Sabor, Visión, Sensación atmosférica. De estas,
quizás la menos conocida o menos comprendida es
la de lo atmosférico. ¿A qué me refiero con esto? A
la humedad, a la temperatura, a todo lo externo que
influye en la sensación corporal del personaje, aquello
que no puede ser percibido con los sentidos, pero que
igualmente se lo siente. Otro ejemplo es el mareo. En
el cine, pueden haber recursos para que el espectador
se entere que el personaje está mareado, pero son
muy limitados. En la literatura, basta con describir ese
mareo o mencionarlo, y el lector podrá imaginarlo.
Pero ¿por qué esto es tan especial para nosotros? Sí
únicamente usamos imágenes audio-visuales en
nuestros textos, la imaginación que le exigimos al
lector es bastante limitada. En cambio, sí nos
valemos de todos los sentidos posibles para
transmitir nuestras escenas, y las experiencias que
sienten los personajes, la imaginación que se
suscitara en el lector será mayor, y esto tiene una
magia, sí. Una magia muy especial, y es esa magia
lo que hace a la literatura distinta del cine. Es ese
momento en que uno logra abstraerse de su vida,
de su realidad, para "sentirlo" en persona.