Desde que tengo memoria, mi primer hobby fue dedicado a mis figuras de acción, imitaba voces para darles vida. Me gustaba dibujar, e intentaba hacer cómics. Cada película que veía con fascinación alimentaba mis ansias de fábulas: Alicia en el país de las maravillas, Narnia, Harry potter; la fantasía que a ningún niño le puede faltar. Cuando leí por primera vez, recuerdo fuera en seriedad Robin Hood, descubrí una nueva forma de creación. Una que, ya desde muy temprana edad, me anime a explorar. Claro que no tenía la madurez ni la inteligencia necesaria. Pasaron los años, intente escribir, y finalmente volví a cursar literatura con la misma profesora del primer año. Gracias a ella redescubrí mi habilidad para escribir. Comencé a leer, y a inventarme todo un mundo divagante. Y también comencé a interesarme profundamente por la política. Al día de hoy, sigo inventando historias de personajes que puedan darme la apertura de mi mundo ficticio en la literatura contemporánea, y he descubierto el talento que tengo para aprender y mejorar por mí mismo, (Y con gran ayuda IA, enciclopedia para autodidactas) potenciando mi crecimiento con todo aquello de lo que me pueda nutrir o instruir. Realmente estoy muy entusiasmado por lanzarme al mundo de los novelistas y la fantasía, la ficción histórica. 
    He descubierto todo cuánto necesito para degustar cada día de mi existencia: el drama. La aventura de darle vida a personajes, de incursionar en los mundos posibles de la imaginación. Una experiencia gratificante para el autor, muy distinta a la del lector. Invito a que se animen a incursionar en esto, para quién tenga tiempo. 
    Me especializo en las descripciones logrando textos inmersivos, eso, y en los diálogos dramáticos. Temas políticos y de moralidad, filosofía e historia, han sido en los que he incursionado y son los que más me interesan.