Había perdido la fe en el amor, ya no existía para mí, pero llegaste de manera inesperada y como un lucero a alumbrar y dar calidez a mi corazón, un corazón que han roto tantas veces que lastimaba a todos aquellos que se acercaban a él, pero a ti eso no te detuvo y no te dio miedo.
He entregado tanto de mí que no sé quién soy, he perdido mi esencia, pero me alegra haberlo hecho porque contigo volví a descubrir que el amor es una dulce agonía que es tan exquisita y que la agonía que siento en mi interior me hace frágil y me mata lentamente.
Quisiera volver a recuperar todo lo que fue porque me siento solo y quisiera hablarte, pero no puedo, pero el que nos conociéramos me hizo saber que al menos existo.
Ahora cómo hago entender a mi cerebro a no recordarte, a mi corazón a no sentirte. Cómo hago para que mi ser te olvide, pero sabes qué, no te preocupes por mí porque yo me alegro mucho por ti, deseo y anhelo que seas feliz y que jamás sufras lo que yo sufrí.
Ya estoy acostumbrado a siempre estar solo, a vagar sin saber mi motivo, pero ahora puedo decirte que fuiste el último a quien le entrego mi corazón y a pesar de que no lo quisiste disfruto la dulce agonía de haberte amado y amarte. Por favor, cuida el pedazo que tienes de mí.
Atentamente Mi Alma.
-Anónimus202509-