¿Qué si es atractivo? Pues no, en realidad no es sólo atractivo ¿A qué me refiero? Pues imagina un ángel, o no, un demonio, quizás ambos, no sabría decirte. No les voy a decir que fue a hechizo a primera vista, no, me tomó un tiempo descifrar que era aquello de él, eso tan atrayente, magnético, mucho tiempo, se preguntarán ¿Qué era? Pues algo tan simple que se resumía a él, todo él. Imaginen un océano, si, de esos llenos de vida en su interior, ahora añádanle un desierto, solitario, vacío, casto de vida, pero repleto de sueños, ilusiones o espejismos, como quieran llamarle. Eso además de un par de tazitas, de el café más exquisito como iris, completando su rostro, embriagador, adictivo. Un salvaje montón de mechones alocados, entre castaños y negros, ¿para qué hablar de su boca? No como era, sino a dónde era capaz de llevarte, tanto con besos como con palabras, tan hirientes como curativas, simplemente arte. Es de esas personas que ves como un mapa, dispuesto a ser recorrido, un libro abierto, precisamente esa historia que yo necesitaba leer y ni siquiera sabía, arte de principio a fin, éxtasis envenenado de prólogo a epílogo, y a su vez, celestial obra hecha por el cielo