Unas semanas atrás.
-Tienes que contarme qué ocurrió ese día, Alexandra.-Martha murmuró, apoyando sus brazos en la mesa. Alexandra estaba esposada, mirando a un punto fijo.
-¿Acaso eres sorda? Responde-Edwin, el amable policía que la atendió en su anterior interrogatorio.
Al gritarla notó como gotitas de su saliva aterrizaron en su camiseta. El policía apretó los puños, con rabia. Era un hombre calvo, fuerte pero a un paso de tener sobrepeso.
-Solo dinos donde están el resto de cuerpos.
-No lo sé. No recuerdo nada.
-¿Cómo no vas a recordar nada, niña?
-Edwin .-Martha le cortó, mirándole con una mirada fulminante.-Alexandra. Eres el único testigo que nos queda. Eres la única que puede decirnos qué ocurrió el día que volvíais a casa.
-¿Y por qué motivo estoy esposada?
-Por seguridad. No sabemos qué eres capaz de hacer, Alexandra. Eres la única que salió con vida. No sabemos si tu fuiste la que los mató.
-¡YO JAMÁS LES HARÍA DAÑO!
-Eso lo sabemos, Alexandra.-Dijo Martha. -Pero tus informes…Dicen cosas opuestas.
-Nunca herí a nadie.
-No estamos diciendo eso, Alexandra. solo que tu perfil no es el más ...estable. -Alexandra tragó saliva, mirando al suelo. Notó su garganta cerrarse, sus palmas sudar. Su respiración se entrecortaba.
-Le he dicho lo que sé.-Repitió la misma frase de la semana pasada. -No recuerdo nada de lo que ocurrió.
Un adelanto del capítulo 13, para los rezagados que no han leído los nuevos :)