Una princesa, presa de sus propia barreras, protegidas por el mismo infierno que ella creó. 

No veas sus ojos, son el espejo de su alma rota, tan quebrada, tan herida, que hasta los mismísimos santos huyen de su mirada, huyen del miedo que estos reflejan... su mirada es la puerta al infierno.



Cómplice de mis recuerdos, sumisa de mis miedos, heroína en mis sueños y cobarde en esta cruel realidad.

Las letras marcan mis pasos, espacios vacíos me traicionan, me tiendo mi propia trampa, pero mi ángel de la guarda siempre ahí para salvarme.

Caigo, caigo, vuelvo a caer... pero esos raspones, esos magullones, esos hermatomas no sirven de nada porque incluso cuando las lágrimas me traicionan, ya hay alguien más dispuesto a salvarme.


Sonrisas marcan mi camino, dejando huellas que en recuerdos se convierten y tiñen la realidad en un cuento de hadas.

Volviste de mi infierno el mejor de los paraísos.
 #ILoveD