Vuelven las ganas de llorar y no sé porqué, solo las lágrimas parecen amar mis ojos. Se rehúsan a dejarlos solo un día. Y mis propios pensamientos me atan la cuerda al cuello, solo queda saltar, solo queda saltar, y no puedo.
Y veo el suelo, veo el borde de la silla, pero me rehúso a entregarme a la nada. Me rehúso a haber vivido tan poco.
Dime si eres...
Dime si eres capaz.
Capaz de no abandonarme cuando conozcas la verdad.
Créeme que no te gustará, entender el alma podrída de este cuerpo que anda pero, carece de vida.
Y el olor a podredumbre me acompaña, porque no soy distinta a nadie mas. Mis gustos no cambiarán las almas que daría por salvar la mía. Porque aunque sea miserable hasta para si mismo, nadie quiere morir.
Culpo a todos es así, por sentirme inútil culpo a cualquiera, si. Lo hago como cualquiera. Soy como cualquiera.
Y no vivo, sobrevivo, como cualquiera.
Y no soy feliz, solo sonrío, lo hago, como cualquiera.