No sé ni siquiera si alguien realmente lee lo que escribo.
Sé que la constancia no es lo mío, pero escribo cuando siento y cuando lloro.
Muchas de las palabras que están digitalmente puestas en esta red son testigos y testimonios de mis lágrimas, de mi dolor.
No sé si alguien realmente lee lo que escribo, pero si lo haces, gracias. Por interesarte por cinco milisegundos en un corazón roto y vacío como el mío. Y lo siento, si te encuentras en mi situación y buscas consuelo en lo que puedes encontrar leyendo.