me duele saber que hace poco dijiste que aceptarías mis pronombres masculinos, pero justo ahora me llamaste "hermosa", "guapa" y "bonita", creeme que agradezco tus halagos, pero más agradecería que respetaras mis pronombres, que me respetaras a mí y mi identidad porque no soy más la persona que conocías o la que creiste conocer, no soy más esa persona que no era quien en realidad quería ser por el miedo al rechazo, y ya que esa persona no existe (y jamás existió, estaba en el fondo, disfrazada por otra completamente distinta), solo existo yo, y me llamo Damián, me llamo Samuel, me llamo Dade, si te parece bien, ¡pues genial hermanx!, y si no, pues simple y sencillo, hazte a un lado y déjame sólo.