El hentai es mucho más ético que el porno de personas reales que es considerado "normal". No hay tráfico de humanos, no hay adicción a las drogas, no hay STDs. El porno de personas reales es imperfecto por definición; ya que presenta a seres humanos, y uno de los rasgos que definen a la humanidad es la im perfección. El hentai, por otro lado, está más cerca de la perfección; este no incluye ningún elemento no deseado que siempre se encuentra presente en las personas. Aún así la mayoría de las personas ven al hentai como algo enfermo o raro, incluso cuando está más cerca de la perfección que el llamado porno normal. Los argumentos usuales contra el hentai son esos de la rareza de estar atraído por dibujos o verse excitado con estos. Esto no tiene valor argumental, ya que ocupa la noción de "rareza" gobernada por la mayoría y dependiente del zeitgeist. Lo que es raro no es universal; personas de diferentes orígenes culturales puede que vean cosas que las demás culturas hacen como raro o enfermo. De hecho, es mucho más anómalo no excitarse con el hentai, ya que el hentai es la cristalización, la disposición minimalista de cualidades excitantes en que se son despojados todos los atributos innecesarios. Es mucho más anormal no estar excitado por esas cualidades elegidas específicamente para excitar, que lo normal que fuera excitarse por una disposición aleatoria de genes que se fueron transformando por medio de eventos aleatorios a lo largo de la vida. La misma tésis aplica también a las idols virtuales y cantantes como Hatsune Miku y otras como ella. La imposibilidad inevitable de tener en algún momento contacto físico con Hatsune Miku no es diferente de lo que ocurre con cantantes reales; tú como una persona normal, probablemente nunca llegarás a tocar a dicho cantante, quien es la estrella.
