˖ ࣪⊹ Pese a tener los pies en la tierra, la confirmación de lo que estaba viendo frente provocó que Isabella sintiera el estómago puesto en una rueda de la fortuna y tuvo que taparse que la boca para no echar el desayuno ahí mismo del pánico. A la hora de poder recuperar la voz, de ella salió una especie de grito histérico: —¡Es una dragona! ¡Una de carne y hueso! ¿Cómo es posible en primer lugar? ¡Esas criaturas son de cuentos!— Exclamó, completamente exorbitada. Sus ojos se fueron a los azulados orbes de la majestuosa criatura, y su mirada de pocos amigos le hizo sacarle otro chillido: —¡Eek!
Toda su escena de pánico era graciosa de presenciar, efectivamente, la pobre chica de verde estaba que no daba que sí. Se tapaba los ojos solo para echar pequeños vistazos. Más podía darse cuenta que cada pequeño detalle, cómo sus espinas, garras, piel de hojalata, en fin. En ella se desenvolvía tanto el sentimiento de pánico cómo de admiración. Pero aún así, se volteó para pegar sus dedos en su piel con un fuerte pellizco, buscando no sentir dolor. —Esto es un sueño, solo un sueño, despierta, despierta... — se repetiría ella a sí misma en murmuros, un hilo de voz que desbordaba la histeria.
@DarenJPN