#Microcuentos
Mi querida Liis... déjame contarte algunas cosas que no estás viendo. Esa cabecita tuya ya tiene demasiados problemas. Pero es necesario que sepas esto, para que seas cuidadosa.
Lo lastimaste. Al hablarle de darte una oportunidad con alguien más desataste una furia y una impotencia en él que, por más que quiso, no supo controlar. ¿Sabes qué visualizó? Vio romperse la imagen que tenía... esa donde contemplaba que serías suya en algún momento de la vida. Se le hundió el puerto seguro al que siempre regresaba.
Pero, sobretodo, vio el panorama completo de lo que pasaba contigo y con ese "alguien más". Se percató de que, aquel sujeto del que le hablaste, tampoco es buen partido. Y él quiere lo mejor para ti, aunque eso implique que no sea él quien te rodee con sus brazos cada vez que pueda. Y si no es el mejor, entonces que no llegue nadie a tu vida. Así de simple es para él.
¿Recuerdas que hace tiempo dio un paso fuera de tu camino? Bien... él escuchó que uno de los más grandes actos de amor, a veces, es no hacer nada para conseguir dicho amor... así que te dejó ir. Pero, si de por sí odiaría a cualquier hombre que se te acercara con intenciones románticas, odia más a este tipo porque, algo en su interior, le grita que no es el adecuado para ti.
¡Puede ver lo difícil que ha sido para ti dar el salto de fe en esa cosa rara llamada amor! Se imagina lo mucho que te ha de haber costado. Y le indigna que alguien más no pueda fijarse en eso, que no lo valore... si para él eres de las mejores personas de este mundo. Créeme cuando te digo que se imaginó 10 maneras diferentes de acabar con aquel tipo.
Es que te quiere, Liiz. No querrá exponerte a que te roben el corazón solo para hacerlo más de piedra... Y, mi querida amiga, reconócelo: para ti él también es importante.
Pero sigan mintiéndose. Aseguren que entre los dos ya terminó todo.
Allá ustedes...
Si así lo desean, sigan diciéndose cosas con las miradas y confesándose secretos con las pupilas dilatadas.