Hey, gente.
No, no morí (aunque seguro más de uno ya lo sospechaba).
Solo anduve bastante cargado y, para ser sincero, con un bloqueo mental que me tuvo fuera de juego.
A veces pasa: cuando hacés algo por mucho tiempo, incluso si te encanta, puede empezar a sentirse como una obligación más que un disfrute. Y antes de que eso me hiciera odiar lo que me gusta—escribir esta historia— decidí tomarme un respiro y enfocarme en otras cosas.
Así que sí, sigo vivo, sigo escribiendo (a ratos), pero necesitaba desconectarme un poco para no quemarme del todo.
Si a alguien le sirve el consejo: cuando la cabeza se traba, lo mejor es dejarla respirar. Forzarla solo empeora todo.
Prometo volver cuando las ideas se ordenen y las ganas vuelvan a sentirse naturales. (Y siendo yo, lo mas probable es que vuelvan con una actualización masiva de capítulos)
Gracias a quienes todavía siguen por acá. Nos estaremos viendo cuanto antes.
Saludoss!!