Ven, mírame y dime que me amas.
Amame, amame hasta consumirnos y que no quede nada de nosotros.
Consuelame, reconfortame, levantame.
Quiereme, amame, extrañame.
Extrañame tanto que tu pecho duela y tu cuerpo quede sin alma.
Extrañame tanto que tus pies corran solos hacía mi dirección.
Adulame, mimame, sobame.
Hasta que nos cansemos, hasta que nos casemos.
Y cuando nos casemos, volvamoslo a repetir.