He tenido un sueño, y ese sueño dio para más. Temores no reconocidos, deseos reiteradamente negados y pasiones ocultas. Se me ofrece libertad de condicionamiento. Para así especular y tergiversar. Un sueño raro, extravagante dirían algunos. Pero que sueño. De esos en los que uno no quiere despertar, se aferra a la cama, y se obliga a seguir durmiendo. Con la esperanza de que al retomarlo y volver a las sombras ocultas a tu consciencia, continúe la epopeya en el mismo punto en el que la habías dejado. De manera que batallas contra las sábanas y contra esos escurridizos primeros rayos de luz que tras las persianas te acarician. Tratas de no abrir los ojos. Te remueves, te retuerces bajo el amasijo de sabanas, coagulado.
Sueño cosas raras, lo sé, no me juzguéis severamente. Aun así reconozco que bien preferiría vivirlas a soñarlas. Todo el día ensimismado, soñando despierto. Jugando al viejo juego del "Y si...". Así en este leve y poco profundo trance, es como paso mis ratos. Ausente y distraído por el vaivén de la imaginación. 

Arquitecto, vegano y soñador.

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