Filosifia-del-amor

¿Por qué escribo?
          	Escribo para sentirme viva, ahogar las fantasías que abundan en mi mente y dominar la vida de unos cuantos en mis historias. Escribo para no hablar de moral, para encontrarme y perder sentido común, para desgastar mi garganta y abusar de mi mente luego de estar cansada de pensar en lo incierto. Escribo para confundirme, para tragarme el orgullo que se ha quedado con la soledad luego de haber salido herido. Escribo para olvidar quien soy y crearme en el papel, dar vida a mi personaje favorito, acariciar con palabras todos los miedos. Las palabras me dominan y me engañan y me lanzan al suelo, me pisotean, me lastiman y me enseñan a vivir. Escribo para expresar palabras que nadie sabe interpretar y las esconden del mundo, palabras fantásticas escondidas. Puedo escribir “joder”, “jodido”, y “jodida”. Puedo hablar de sexo y mencionarlo sin tabúes, porque escribo para ser libre, para ser vulgar y deleitarme de ideas enfermas y llenas de  frenesí. Escribo para desatar mis dudas y mis encuentros con la realidad, para hacerme rica en palabras, para morir de amor, para matarme, para lanzarme a la censura en la que vivo. Escribo, escribo y escribo.
          	Escribo para vivir.

Filosifia-del-amor

¿Por qué escribo?
          Escribo para sentirme viva, ahogar las fantasías que abundan en mi mente y dominar la vida de unos cuantos en mis historias. Escribo para no hablar de moral, para encontrarme y perder sentido común, para desgastar mi garganta y abusar de mi mente luego de estar cansada de pensar en lo incierto. Escribo para confundirme, para tragarme el orgullo que se ha quedado con la soledad luego de haber salido herido. Escribo para olvidar quien soy y crearme en el papel, dar vida a mi personaje favorito, acariciar con palabras todos los miedos. Las palabras me dominan y me engañan y me lanzan al suelo, me pisotean, me lastiman y me enseñan a vivir. Escribo para expresar palabras que nadie sabe interpretar y las esconden del mundo, palabras fantásticas escondidas. Puedo escribir “joder”, “jodido”, y “jodida”. Puedo hablar de sexo y mencionarlo sin tabúes, porque escribo para ser libre, para ser vulgar y deleitarme de ideas enfermas y llenas de  frenesí. Escribo para desatar mis dudas y mis encuentros con la realidad, para hacerme rica en palabras, para morir de amor, para matarme, para lanzarme a la censura en la que vivo. Escribo, escribo y escribo.
          Escribo para vivir.