El castaño caminaba tranquilo por aquellas calles de la gran ciudad de los Santos, llegando hasta un lugar cercano a la playa, estuvo un buen rato ahí, tomando de una botella con jugo de ¿naranja?, no sabía que era pero era realmente muy bueno. Frunció el ceño al ver al hombre con traje aún parado ahí al lado del que parecía ser su auto, ya llevaba un buen rato, por lo que con intensiones de saber si podía ayudarle en algo se acerco.
No le veía cara tan conocida, viendole de cerca por lo que intuyo que era nuevo por la ciudad. — Bienvenido a Los Santos, soy Juan Camilo, aunque puedes llamarme Juanca o Simio, como guste, pero ¿esta todo bien por aquí?