«Me crié entre libros, haciendo amigos invisibles en páginas que se deshacían en polvo y cuyo olor aún conservo en las manos».

Adoro las palabras, las dichas y las que se quedan a medio decir, los libros y las flores. Las verdes hojas de los árboles, tanto como las hojas amarillentas de un viejo libro.
Ellos me impulsaron a unirme a su maravilloso mundo. Así que, eso hago: escribir. O al menos, lo intento, aunque sea solo para mí, para desahogarme y respirar, o simplemente, por felicidad.
De vez en cuando escribo poesía a medianoche, inspirada en momentos apenas existentes.
Otras veces, solo intento plasmar lo que ya no puedo retener dentro de mí.
Y luego, continúo la lectura.

«Que un libro es un espejo y que sólo podemos encontrar en él lo que ya llevamos dentro, que al leer ponemos la mente y el alma, y que ésos son bienes cada día más escasos».      -LSDV.