quizá no debí leer esa carta.
no, supongo que no debí, pero lo hice.
ahora me arrepiento.
¿sabes qué viene peor que ganar el odio de alguien?
sí, ganar su indiferencia.
si me odiara, al menos sabría que estoy en su cabeza, que de vez en cuando piensa en mí con asco y rencor.
pero sé que no lo hace.
sé que ahora mi nombre le suena extraño y distante, como un sueño o algo.
no me odio por lo que pasó, en verdad, pero me habría gustado que fuera distinto.
supongo que ahí la tragedia, ¿no?
la tragedia de lo que pudo ser y que ya no será.