La vida no es un párrafo y la muerte no es un paréntesis (La Chica en el Tren).

Él me apuntó con el arma. Eso hizo. Pero no tiró del gatillo, tesoro, no tiró del jodido gatillo. Aun así, yo no tenía miedo, y a decir verdad creo que nunca lo tuve. Esto es lo alarmante: todo lo que podía desear durante esos momentos era que el cañón, sombrío y helado, se iluminara para mí. Que se iluminara por mí. Sin embargo, al final del día me destruyó con otra arma, la mejor de todas: amor. 


He pensado que el dolor quiere decir estática. A veces, pese a la calidad cuestionable, logras distinguir la imagen al otro lado. A veces la pantalla es un hervidero de puntitos blancos, grises y negros, y resulta imposible que puedas adivinar de qué se trata. Pero nunca tendrás una visión plena. Es como una infección que posee tus sentidos. Quema las conexiones sinápticas y dispara bazucas contra las diversas estaciones de control en tu cerebro. Cambia la química, tu ecuación. La tristeza es muy inteligente. Estática en tus oídos, boca y en los bordes de tu vida. 
    
 Estática en tu mente.




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diecisiete 
gris
impulsivo
mortalmente celoso (conozco las implicaciones psicológicas de esto, ahórrate el "temes al abandono")